Frente a la idea de incorporar la «Medicina Natural» a nuestras vidas, suelen haber varias posturas.
Por un lado están quienes entienden a la historia de la medicina como un relato lineal, donde la medicina moderna ha superado a otras formas tradicionales de medicina. Desde este punto de vista, las medicinas naturales serían algo «obsoleto», una medicina atrasada. Obviamente, quienes piensan de esta manera no conciben la posibilidad de considerar a la medicina natural como una opción válida.
Por otro lado están quienes confían plenamente en la medicina de la naturaleza, porque se han criado en una cultura o una familia que atiende su salud de esta manera y ya lo han naturalizado, porque viven en conexión plena con la naturaleza o porque se acercaron a esta medicina a través del estudio, como quienes se acercan a la medicina moderna. También están quienes conectan con estas formas «alternativas» frente a experiencias negativas con la medicina moderna.
Sin embargo, también están las personas que resuenan con la medicina natural y que racionalmente creen que es una elección legítima, pero que no se animan a confiar su salud a terapeutas naturales o médicos «alternativos». Esto suele darse por falta de conocimiento sobre cómo funcionan estas medicinas o por la falsa creencia de que es necesario elegir entre una u otra forma de ejercer la medicina. Quienes practicamos la medicina integrativa entendemos que es necesario incorporar herramientas de todas las tradiciones de la medicina, para lograr tratamientos más completos. Por eso nos pareció importante escribir este primer artículo intentando resumir algunos de los principios de las medicinas naturales.
1. Abordaje Integral
Cuando hablamos de «Medicina Natural» no nos referimos tan solo al uso de plantas medicinales, en el lugar de fármacos. Este término se utiliza para englobar a todas las formas tradicionales de ejercer la medicina, como por ejemplo la medicina tradicional china (MTC), la medicina ayurveda o las numerosas medicinas de los pueblos originarios. Cada una de estas tradiciones milenarias, cuenta con numerosas herramientas para prevenir y tratar la enfermedad, ya que contemplan la dimensión psicológica, espiritual, la alimentación, el deporte, hábitos, y el uso de plantas medicinales, entre otras.
La medicina natural entiende que no basta con ocuparse tan solo de una de las dimensiones de nuestra salud, sino que debemos prestar la misma importancia todas ellas. Sin embargo, la mayoría de las personas nos comprometemos o con nuestra alimentación, o con el deporte, o con la terapia psicológica, pero muy pocos nos ocupamos de todas las áreas al mismo tiempo. Esto ocurre porque el mundo en que vivimos hoy en día está totalmente desconectado de las dinámicas naturales (biológicas) y por lo tanto de la salud. Es muy difícil alimentarse bien si los alimentos que nos venden son de muy baja calidad y además no nos cocinamos. Es difícil hacer deporte si tenemos un empleo «sedentario» y poca motivación para hacerlo. Y es difícil conservar la salud mental en un mundo violento y donde las personas que nos rodean enfrentan los mismos desafíos que nosotros. La solución que proponen las medicinas naturales son tratamientos donde se trabaja por retroalimentación, en etapas, abordando las diferentes dimensiones de la salud, paso a paso.
La medicina convencional también contempla las diferentes áreas de la salud a través de especialistas como los nutricionistas, fisioterapeutas, dermatólogos, psicólogos o psiquiatras, por mencionar algunas especializaciones. La diferencia más significativa, es que la medicina natural prefiere la implementación de un abordaje «integral» u «holístico», es decir, un tratamiento que nos ayude a mejorar a la vez, en todas las dimensiones de nuestra salud. Mientras que la medicina moderna, se rige por el sistema de «división y especialización en el trabajo», donde cada especialista opina sobre su área y es el paciente quien debe integrar las opiniones de todos los profesionales para sacar sus conclusiones.
De todas maneras, la medicina natural es más desafiante, ya que si bien nos propone un amplio repertorio de recursos para solucionar nuestros problemas de salud de forma definitiva y evitar la aparición de nuevas afecciones, somos nosotros los encargados de llevar adelante el tratamiento. A diferencia de las soluciones sencillas que nos propone la medicina moderna, los tratamientos que nos propone la medicina natural, requieren un «rol activo del paciente». El terapeuta, tiene un rol de guía o educador.
2. Rol activo del paciente y autoconocimiento.
Hipócrates ya señalaba la importancia de educar a la población para que pueda cuidar de su salud: Si la gente supiera cómo cuidarse, habría menos enfermedad y los profesionales de la medicina podrían dedicar más tiempo a cada paciente. La medicina natural se propone retomar está idea, y por eso desde KalkuMapu nos parece de suma importancia que las personas sepan cómo funciona su cuerpo, cuáles son las causas de las afecciones más comunes y cómo prevenirlas, saber qué hacer frente a un síntoma que nos advierte de una enfermedad emergente, o cómo cuidarse cuando nos enfrentamos a alguna afección. Pero además, destacamos la importancia del autoconocimiento, o sea, poder reconocer las vulnerabilidades de nuestro cuerpo, qué nos hace bien, qué nos hace mal y cuáles son los desequilibrios en los que caemos periódicamente.
3. Prevención en salud.
No hay que esperar a estar desbordados mentalmente para acudir a terapia, ni desarrollar una enfermedad digestiva para cambiar nuestra alimentación. Tampoco es necesario que nos duela la espalda para asumir que debemos comenzar a hacer deporte. Desde la medicina natural nos proponemos trabajar con las personas para mejorar su calidad de vida y prevenir la enfermedad, aunque no es un tarea sencilla, ya que culturalmente las personas atendemos nuestra salud cuándo aparecen los síntomas, la enfermedad o en todo caso cuando recibimos un diagnóstico.
El mayor error cuando pensamos en Medicina Natural es creer que esta forma de concebir la medicina es contraria u opuesta a la medicina convencional moderna. Como si tuviéramos que elegir entre «una» u «otra». Hay muchos médicos convencionales que acuden a las plantas medicinales así como a los fármacos convencionales, dependiendo de la ocasión. No necesariamente le debemos exclusividad a ninguna forma de medicina durante toda nuestra vida, no es así de rígido:
Hay momentos de nuestra vida, donde es preferible realizar tratamientos de prevención en salud para evitar una enfermedad grave. En otros momentos podemos acudir a herramientas que nos ayuden a mejorar nuestra calidad de vida o recuperarnos de una enfermedad crónica. En algunos casos podemos requerir el uso de fármacos o incluso a intervenciones quirúrgicas, pero son los menos. En la mayoría de los casos, los problemas de salud que enfrentamos a lo largo de nuestra vida pueden solucionarse con tratamientos menos agresivos que no nos expongan a riesgos innecesarios.
La medicina natural nos invita a conectar con nuestro cuerpo, a aprender a reconocer qué necesitamos en cada etapa de nuestra vida y elegir qué herramienta terapéutica implementar para cada caso. A prestar atención a todas las áreas de nuestra salud, a utilizar tratamientos preventivos, plantas medicinales, cambios sutiles en nuestra alimentación e incluso a trabajar sobre nuestros hábitos y nuestra estructura psíquica para modificar los comportamientos que nos exponen a desarrollar problemas de salud.
4. Autonomía.
Cada día de nuestra vida tomamos un montón de decisiones que influyen en nuestra salud y la de las personas que nos rodean. Por eso es importante que cada uno de nosotros tenga conocimientos suficientes sobre salud, para poder elegir conscientemente una forma de vida que nos haga bien. Nuestro rol no se limita a decidir si elegir un fármaco o una planta medicinal, un tratamiento natural o una intervención médica: Las decisiones más importantes son las que tomamos cuando nos sentimos bien, cuando elegimos con quién vincularnos, cómo alimentarnos. Por eso entendemos al terapeuta natural, más como un guía, que en una primera instancia nos enseña a re-conectar con las dinámicas de la naturaleza para recuperar el equilibrio biológico de nuestro cuerpo, y que durante el proceso nos enseña a poder hacernos cargo de nuestra propia salud y ayudar también a las personas que nos rodean.
La salud es una de las prioridades de la vida, y debemos aprender a cuidarla activamente. Así como deberíamos aprender a cocinar para alimentarnos de forma sana, a manejar nuestras emociones para vincularnos con los demás o a utilizar nuestro cuerpo de forma adecuada para no lastimarnos.
En conclusión.
Intentamos simplificar algunos de los principios de la medicina natural en «4 puntos» para hacer el artículo más didáctico, aunque en cada uno de estos puntos terminamos mencionando varios temas importantes. Si creen que deberíamos desarrollar alguno de estos puntos o alguno de los temas mencionados superficialmente en el artículo pueden mencionarlo en los comentarios para tenerlo en cuenta para nuestros próximos artículos. Nos encantaría saber qué opinan al respecto del artículo. Recuerden que también pueden darnos sus devoluciones a través de las redes de @KalkuMapu.
Las medicinas modernas intentan solucionar los problemas de salud de las personas que sostienen formas de vida totalmente desconectadas de los ritmos biológicos del cuerpo y son mucho más eficientes en muchos contextos. La medicina natural, por su lado, busca reconectar a las personas con su cuerpo, con las lógicas de la naturaleza para prevenir la enfermedad, y suele ser mucho menos agresiva, menos riesgosa y en ocasiones es más efectiva que la medicina moderna. Dependerá siempre de cada caso y de cada contexto. Por eso, entendemos que lo importante es que tengamos los conocimientos suficientes como para tomar decisiones consientes sobre nuestra salud cada día de nuestra vida, y en el caso de tener que acudir a un terapeuta, a un fármaco, a una planta o a un hongo, podamos elegir qué tratamiento queremos implementar en cada momento de nuestra vida.
 
        
Excelentísimo artículo gracias mil y mil gracias